“Todo aquí es polvo” de Esther Seligson.

[…] Justamente por ello vuelvo y retorno.

Me costó una eternidad seguir el hilo, no porque fuera malo, al contrario, cada que retomaba el libro lo hacía con más ganas de profundizar en las historias, lo que pasa es que la autora nos presenta a cientos de personajes con sus propias historias, la forma en que los conoció y cómo tuvieron impacto en su vida (por mucho o poco que fuera), creo que en eso estoy de acuerdo con lo que me dijeron cuando llegó a mis manos, en eso nos parecemos, en el ir y venir, en aquel sin pies ni cabeza repentinamente, pero ojalá escribiera así…

Si bien llega un momento en que ya no se sabe ni de dónde salieron las palomas (porque hasta ellas cobran importancia), lo cierto es que la historia llena de vida a los personajes, los pinta sin necesidad de describirlos por completo, juega con ellos, nos muestra su sentir y su pensar, y en toda línea puede distinguirse cuánto y cómo es que los apreciaba, por cualquiera que fuera el motivo.

Iniciar una novela y al seguir su cauce, descubrirla una autobiografía debe resultar bastante importante, más aún que la comparta, que se comparta… Te dejo con uno de mis momentos favoritos, esperando que a la primera oportunidad te animes a leerla:

[…] No creo que uno se vaya para olvidarse de su pasado, o para dejar de ser ese símismo cuyo olor persistente llevará por donde ande. Uno se va para poder abrirse más a ese olor, para darle más espacio, para que de alguna manera se espese, florezca, dé fruto. Uno se va para que el símismo se desdoble en tantas imágenes como sea capaz de querer, soñar, desear. […]

"El Afán" de Carlos Salas.

Una historia en la que la mayor parte del tiempo, como lector, la pregunta es ¿y entonces?

Un personaje extraño, o quizá la voz imaginaria de este que tanto parece conocer a Ulises Mina, taladrando en su cabeza desde que por consejo de su esposa, visita al psicólogo por vez primera.

Una serie de sucesos que ya ni él mismo comprende por no poder asegurar con certeza nada y que ha de aclarar para llevarnos a la verdad de todo.

Y si antes o después de leerlo, quieres conocer más de Salas, te invito a escuchar a Mental Códec, que por cierto, están estrenando su sencillo Justicia, escrito "en respuesta a los sucesos acontecidos recientemente en México y a nivel mundial."

"El psicoanalista" de John Katzenbach.

Quizá por que es el tipo de historia que me gusta, quizá porque ya hace tiempo quería leerlo o tal vez por la forma en que me lo recomendaron, ¡yo diría que todo junto!, pero sobretodo porque desde el principio El psicoanalista, logra atraparte entre sus líneas para en compañía del Doctor Starks averiguar el quién y el por qué de Rumplestiltskin.

"Feliz 53.° cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte."

Tras una misiva amenazadora, Ricky se ve obligado a salir de cualquier rutina y zona de confort para en 15 días averiguar la verdadera identidad de Rumplestiltskin. De lo contrario, tiene dos opciones: suicidarse o ver "destruido" a uno de sus 52 familiares.  ¿A quién y cómo pudo hacerle tanto daño como para que lo quiera muerto?

“Tememos que nos maten. Pero es mucho peor que nos destruyan.” 

Una historia en la que se vive el horror de llevar a cabo acciones que pudieran considerarse insignificantes y que le cambian por completo y para mal, la vida a alguien que te lo hará pagar hasta las últimas consecuencias.

"Mal de amores" de Ángeles Mastretta

En un ambiente de guerra, se retrata la historia de Emilia Sauri desde que sus padres: Diego y Josefa se conocen. 

Emilia es una mujer apasionada, proveniente de una familia liberal en la que entre política, reuniones, infusiones, hambre de aprendizaje, historias y verdades que le contaba su tía Milagros y su conocimiento de los remedios que se preparaban en la botica de su padre, lucha por sus convicciones a pesar de las limitaciones que le imponen a su género; y que sin remedio y sin pausa, se enamora de dos hombres al mismo tiempo: Desde su infancia, de Daniel Cuenca, hombre aventurero y revolucionario; y en su madurez, de Antonio Zavalza, un médico que desde que la conoció, se perdió en su voz.

Se trata de una novela que logra transportar al lector, gracias a las pinceladas a detalle con que se dibuja cada sitio (especialmente, la ciudad de Puebla), cada personaje y cada acción.

"[...] te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te

deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los

aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no te sucede. [...]"

    

"Estambul. Cuadernos nocturnos" de José Manuel Aguilera.

Nunca sé que hacer con las palabras que me visitan de noche, o las madrugadas de insomnio. Escribo, platico conmigo y con ellas y en ocasiones con quien esté dispuesto a escuchar. Muchas veces suelen ser cosas sin sentido, extravagancias o recuerdos y otras más, momentos de reflexión, inspiración y consciencia. Una libreta conmigo, especialmente de noche, al alcance de mis sueños, anhelos y locuras de mano.

Tampoco sé que decir cuando leo textos tan íntimos como los ahí plasmados. Estuve pensando cómo expresarlo mejor sin transcribir todo el libro y aún no encuentro la forma. Sólo puedo decir que me dejó sonrisas incontenibles, entendimiento y "ojos Remi".

Poder expresar tanto de esa forma y en tan poco, definitivamente pega en el alma.

" [...] el convencimiento de que en cada parpadeo el universo se desplaza unos milímetros más
y que en ese pliegue puede estar aquello que buscamos sin saber siquiera su nombre,
sin tener la más remota idea de lo que es ni dónde buscarlo,
pero sí la sensación de que nos falta."

¿Por qué decir lo primero? ¡Bueno! Porque justo de noches de insomnio, es de donde emerge este viaje de sensaciones.

Si conocen a José Manuel Aguilera por su música, ya los veo disfrutando sus textos y si aún no, aquí se los acerco.

Puedo sentir el viento. José Manuel Aguilera (https://www.youtube.com/watch?v=CcH0FRlUhnw)

"Las batallas en el desierto" de José Emilio Pacheco.

Durante el gobierno de Miguel Alemán, Carlos, un niño de la ciudad de México, vive los cambios del México que conoce a uno moderno que se ve influenciado por Estados Unidos, dando entrada a productos que él jamás antes había visto, como juguetes y comida, y palabras que la gente comienza a usar por moda.

Así, mientras algunas fábricas cierran por que sus productos se vuelven obsoletos o bien, porque hay unos más modernos para sustituirlos, provocando una diferencia de clases sociales inmensa y cambios de estatus económicos en las familias, la tecnología aumenta, las calles y edificios emergen, se inauguran hospitales, parques, carreteras, etc. y la guerra se vive en otros países, Carlos y sus amigos viven sus propias batallas desde el patio de juegos de la escuela, donde la mayoría de los niños, se burla de los extranjeros por no ser como ellos y donde estos, juegan a la guerra sabiendo que es lo que se vive en el sitio del que vienen.


"Yo no entendía nada: la guerra, cualquier guerra, me resultaba algo con lo que se hacen las películas."

En esta obra, José Emilio Pacheco retrata algo más allá de los cambios en la ciudad, habla también de la doble moral, la corrupción, la forma de pensar de aquellos tiempos en los que no se aceptaba por bueno que la mujer trabajara fuera de casa, los divorcios, ni ningún otro tipo de situaciones similares, y de cómo las personas aceptaban todo lo malo que vivían (inundaciones, enfermedades, violencia, inseguridad, pobreza...) por la firme creencia de que sólo se trataba de una mala racha y que para el 2000, habría plenitud y bienestar universales, todos tendrían casas ultramodernas, las ciudades serían limpias, no habría injusticias, violencia, pobreza, basura, ni congestiones y las calles estarían repletas de árboles y fuentes, las máquinas harían todo el trabajo y a nadie le faltaría nada.

"Terminó aquel país. No hay memoria del México de aquellos años. Y a nadie le importa: de ese horror quién puede tener nostalgia. Todo pasó como pasan los discos en la sinfonola."

Pero más que nada, la historia trata el primer amor de Carlos, un amor imposible y que a pesar de él y la involucrada saberlo, hablarlo y aclararlo sin una correspondencia, las personas ven con malos ojos. Carlos se enamora de Mariana, la mamá de Jim, su mejor amigo, y luego de no poder ocultarlo más, decide confesárselo en persona. Esto provoca que sus amigos dejen de hablar con él, su familia crea que algo malo le pasa, y que sea objeto de burla. Pero él, aún pasados los años, recuerda a Mariana con ese amor sin importar lo sucedido.

"No, no me había curado: El amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio."

Una obra que bien por las memorias del México de aquellos años, o bien por la historia de amor que encierra, es un placer disfrutar.